martes, 20 de octubre de 2009

Cuestión de actitud

Los que en alguna u otra ocasión hemos defendido que Ewerthon debería jugar más minutos en este Real Zaragoza, no podemos evitar sentirnos decepcionados después del partido contra el Racing. No es que ya no pensemos que el delantero brasileño tiene más gol que los otros atacantes del equipo, porque lo seguimos creyendo, pero hay algo más importante: el compromiso y el trabajo. Los goles de Ewerthon pueden ser importantes para el equipo, pero si el brasileño sale al campo a pasar la tarde en vez de a competir, no servirá para el Real Zaragoza, como no serviría para ningún equipo de Primera División.

Y es que el partido cambió radicalmente cuando Ewerthon entró al terreno de juego el pasado domingo. El trabajo defensivo del Real Zaragoza comienza por la presión de sus delanteros y si hay un solo jugador que no mantiene esa disciplina táctica, el equipo se descompone. Aquí no basta con hacer tres o cuatro desmarques y tirar un par de veces a puerta. La posición de delantero en este equipo, tal y como la concibe Marcelino, requiere mucho desgaste físico y una gran capacidad de sacrificio, un trabajo que hasta ahora, Arizmendi ha hecho como nadie. Tampoco sería justo señalar a Ewerthon como único culpable de la remontada del Racing, pero más allá del resultado, lo que se vio sobre el terreno de juego fue a un futbolista desconcentrado, poco solidario y nada implicado en el juego del equipo.

La situación de Ewerthon en el Real Zaragoza es complicada. Sabe que su entrenador no confía en él, que el club le quiere fuera y que su trayectoria en el conjunto aragonés se acabará esta temporada, veremos si en diciembre o en junio. Así las cosas, para que la relación entre el brasileño y el Real Zaragoza no termine siendo insostenible, Ewerthon tiene que cambiar el chip y realizar un ejercicio de profesionalidad. Y no sólo para aportar cosas positivas al club que le paga, sino también por su propio interés, ya que su rendimiento esta temporada determinará la calidad de las ofertas que recibirá de cara al año que viene. Lo que está claro es que si su actitud y su compromiso no varían de lo visto el pasado domingo en La Romareda, las voces que defienden a Ewerthon se irán apagando, como se apagó el Real Zaragoza en el último tramo del partido.

jueves, 8 de octubre de 2009

Falta pegada

Vaya por delante que esta reflexión no pretende ser una crítica a Javier Arizmendi, en estos momentos, delantero titular del Real Zaragoza. El tío se deja la piel y aporta muchas cosas al equipo, sobre todo trabajo y sacrificio, algo muy valorado por su entrenador. Desde la derrota ante el Valladolid, el conjunto aragonés ha jugado buenos partidos y Arizmendi ha contribuido a ello. Pero falta gol. Y en Primera División, afrontar los encuentros con una delantera inefectiva de cara a portería es conceder demasiada ventaja al rival.

Que conste también, que la desconfianza que ha generado Ewerthon en el cuerpo técnico y en el club es comprensible. Al fin y al cabo, el brasileño llegó con una oferta para abandonar al equipo y transmitió al Real Zaragoza su intención de marcharse, una operación que tanto el club como el entrenador consideraban interesante, por las posibilidades en el mercado que podía abrir la venta del futbolista. Su marcha atrás influyó negativamente en la configuración de la plantilla y trastocó los planes del equipo, aunque el jugador también tiene su versión de por qué se replanteó abandonar el club a última hora.

El caso es que a día de hoy, con Uche lesionado para toda la temporada y con el perfil de delanteros que hay en la plantilla, la titularidad de Ewerthon se convierte en una necesidad. No sólo porque marcó 28 tantos la pasada temporada, sino porque este año sólo ha necesitado un puñado de minutos para dar una asistencia y para marcar un gol. Puede que no sea el delantero de referencia perfecto para un equipo de Primera División, pero sí que es el único que tiene gol en sus botas. Una cualidad muy preciada, a pesar de que Ewerthon deje mucho que desear en otras facetas del juego. Cuando el brasileño coge el balón, el rival sabe que puede acabar en la red, y ese peligro constante es una gran baza para el Real Zaragoza. Y si el club o el entrenador no quieren contar con el brasileño, que fichen a otro y que demuestre que es capaz de marcar más goles que él. Hasta que ésto suceda (veremos si el club se lanza al mercado para sustituir la ficha de Uche), el gol en este equipo tiene nombre brasileño. ¿Se merece Arizmendi quedarse en el banquillo? De ninguna manera. Puede ser un excelente segundo punta, aunque eso es cosa de Marcelino.