martes, 24 de noviembre de 2009

La trilogía del mal fútbol

El Real Zaragoza ha sido incapaz de marcar un gol más que el Málaga, colista de Primera División y el peor equipo de la categoría, en más de 270 minutos de juego. Tres partidos en los que el equipo aragonés ha quedado eliminado de la Copa y ha vuelto a demostrar sus carencias, que son todavía más grandes fuera de casa. El Real Zaragoza y el Málaga han protagonizado una tediosa trilogía, cuyo parecido con lo que la mayoría entendemos por fútbol, es mera coincidencia. Vamos, que si los partidos se hubieran proyectado en una sala de cine, los asistentes hubieran exigido, y con razón, que les devolvieran su dinero. ¡Qué desastre!

El partido del pasado domingo, el último de la saga, fue, seguramente, uno de los peores que se podrán ver esta temporada en Primera División. La única forma que encontró el Málaga de revolucionar el encuentro fue dar puñetazos y escupir a sus rivales. Por cierto, ojalá la Liga tuviera valor para intervenir de oficio y sancionar duramente a cualquier jugador que escupe a otro en la cara. A los dirigentes del fútbol se les llena la boca cuando hablan del “fair play” y de los valores del deporte, y luego no se atreven a sancionar comportamientos tan censurables como el que tuvo Apoño en la Rosaleda.

El caso es que el Real Zaragoza está agotando la fe de sus aficionados. Y es que, a estas alturas, todos entendamos y hemos asumido que la plantilla del conjunto aragonés es muy limitada y que sólo puede aspirar a luchar por mantener la categoría. Pero la imagen que ha mostrado en los partidos contra el Málaga ha estado muy alejada de la exigencia que debería tener cualquier equipo de fútbol. Y las explicaciones del entrenador sobre el lo determinante que ha podido resultar el mal estado del terreno de juego o la influencia de la suerte, tienen poco peso. Claro que el campo era un patatal, pero el mal juego del Real Zaragoza es una constante en casi todos los partidos de esta temporada, más allá de la calidad del césped. Y en cuanto a la suerte… en Málaga también se lamentan por el presunto penalti que el árbitro señaló sobre Lafita. Cada uno ve las cosas a su manera, pero en cualquier caso, no son argumentos lo suficientemente contundentes como para explicar la pobre imagen del equipo.

Así las cosas, el partido del próximo domingo contra Osasuna se antoja fundamental para dar un golpe de autoridad en casa. Se verán las caras dos equipos empatados a todo: a puntos, a victorias, a derrotas e incluso a bajas. Una oportunidad perfecta para quitarse de en medio, aunque sea de forma temporal, a un rival directo. Y tratándose de Osasuna, con más razón todavía, por aquello de la rivalidad. Se están escapando muchos puntos ante equipos de la zona baja de la clasificación y el Real Zaragoza necesita hacer granero. La Liga es muy larga, y en la segunda vuelta, todos los grandes tienen que pasar por La Romareda. Es ahora cuando el equipo aragonés debe tejer la red que le permita salvar la vida, en caso de caída.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Se acaban las balas

Pronto le llegan las urgencias al Real Zaragoza y a su entrenador, Marcelino García. Después de la eliminación de la Copa del Rey, el Málaga, colista de Primera División, volverá a medir el nivel del equipo. Y dependiendo de lo que suceda en La Rosaleda, la visita de Osasuna de la semana siguiente puede convertirse en un partido a vida o muerte para cuerpo técnico.

Después de diez jornadas, el Real Zaragoza no ofrece buenas sensaciones. Ha dejado escapar muchos puntos contra rivales directos y ha recibido goleadas, que a pesar de ser contra quipos grandes, han golpeado con fuerza la moral de la afición. Además, la eliminación copera, al margen de que este torneo no fuera una prioridad tal y como están las cosas, también resultó dolorosa, porque el equipo aragonés fue incapaz de ganar al último clasificado, aunque fuera en alguno de los dos partidos.

Sin embargo, uno observa los números de este primer tramo de la temporada y son consecuentes con las posibilidades reales del equipo y con las carencias que arrastra la plantilla desde que comenzó la campaña. El Real Zaragoza tiene a siete equipos por debajo, está cuatro puntos por encima del descenso y tiene a un partido de distancia a la mayoría de rivales directos. ¿A alguien le extraña que sea el segundo equipo más goleado de la categoría con la defensa que tiene? Veintiún goles en contra en diez partidos son demasiados, pero es lógico. La defensa del Real Zaragoza no tiene lateral derecho, sus centrales titulares están entre los más lentos de Primera y el único lateral izquierdo es un futbolista que no cuenta con la confianza del entrenador. En fin, nada nuevo.

Y es que, por desgracia, la Liga comienza y en ocasiones, nos olvidamos de lo que se ha hecho mal durante el verano. Todas las miradas se dirigen al entrenador, que durante la competición, es el máximo responsable del rendimiento del equipo. No digo que Marcelino no se haya equivocado. Lógicamente, tiene que responder por los resultados. Por eso le pagan, entre otras cosas. Pero, ¿el Real Zaragoza tiene equipo para hacer algo más? Cada domingo, comprobamos que no. ¿Con otro entrenador jugaría mejor? No lo podemos saber, pero da la impresión de que las carencias de la plantilla están por encima de las virtudes de cualquier técnico. La gestión del club dio como fruto una plantilla justa, descompensada y con poca calidad. Por lo que hemos visto hasta ahora, el Real Zaragoza sólo está capacitado para correr, luchar y ganar, con dificultades, a alguno de sus rivales directos. Y difícilmente saldrá de esta dinámica. Olvídense, no hay para más. Y conviene que lo recordemos de cara a los próximos partidos. Esta temporada requiere paciencia, resignación y tener los pies en el suelo. Qué le vamos a hacer.