lunes, 16 de noviembre de 2009

Se acaban las balas

Pronto le llegan las urgencias al Real Zaragoza y a su entrenador, Marcelino García. Después de la eliminación de la Copa del Rey, el Málaga, colista de Primera División, volverá a medir el nivel del equipo. Y dependiendo de lo que suceda en La Rosaleda, la visita de Osasuna de la semana siguiente puede convertirse en un partido a vida o muerte para cuerpo técnico.

Después de diez jornadas, el Real Zaragoza no ofrece buenas sensaciones. Ha dejado escapar muchos puntos contra rivales directos y ha recibido goleadas, que a pesar de ser contra quipos grandes, han golpeado con fuerza la moral de la afición. Además, la eliminación copera, al margen de que este torneo no fuera una prioridad tal y como están las cosas, también resultó dolorosa, porque el equipo aragonés fue incapaz de ganar al último clasificado, aunque fuera en alguno de los dos partidos.

Sin embargo, uno observa los números de este primer tramo de la temporada y son consecuentes con las posibilidades reales del equipo y con las carencias que arrastra la plantilla desde que comenzó la campaña. El Real Zaragoza tiene a siete equipos por debajo, está cuatro puntos por encima del descenso y tiene a un partido de distancia a la mayoría de rivales directos. ¿A alguien le extraña que sea el segundo equipo más goleado de la categoría con la defensa que tiene? Veintiún goles en contra en diez partidos son demasiados, pero es lógico. La defensa del Real Zaragoza no tiene lateral derecho, sus centrales titulares están entre los más lentos de Primera y el único lateral izquierdo es un futbolista que no cuenta con la confianza del entrenador. En fin, nada nuevo.

Y es que, por desgracia, la Liga comienza y en ocasiones, nos olvidamos de lo que se ha hecho mal durante el verano. Todas las miradas se dirigen al entrenador, que durante la competición, es el máximo responsable del rendimiento del equipo. No digo que Marcelino no se haya equivocado. Lógicamente, tiene que responder por los resultados. Por eso le pagan, entre otras cosas. Pero, ¿el Real Zaragoza tiene equipo para hacer algo más? Cada domingo, comprobamos que no. ¿Con otro entrenador jugaría mejor? No lo podemos saber, pero da la impresión de que las carencias de la plantilla están por encima de las virtudes de cualquier técnico. La gestión del club dio como fruto una plantilla justa, descompensada y con poca calidad. Por lo que hemos visto hasta ahora, el Real Zaragoza sólo está capacitado para correr, luchar y ganar, con dificultades, a alguno de sus rivales directos. Y difícilmente saldrá de esta dinámica. Olvídense, no hay para más. Y conviene que lo recordemos de cara a los próximos partidos. Esta temporada requiere paciencia, resignación y tener los pies en el suelo. Qué le vamos a hacer.

0 comentarios:

Publicar un comentario