Los que en alguna u otra ocasión hemos defendido que Ewerthon debería jugar más minutos en este Real Zaragoza, no podemos evitar sentirnos decepcionados después del partido contra el Racing. No es que ya no pensemos que el delantero brasileño tiene más gol que los otros atacantes del equipo, porque lo seguimos creyendo, pero hay algo más importante: el compromiso y el trabajo. Los goles de Ewerthon pueden ser importantes para el equipo, pero si el brasileño sale al campo a pasar la tarde en vez de a competir, no servirá para el Real Zaragoza, como no serviría para ningún equipo de Primera División.
Y es que el partido cambió radicalmente cuando Ewerthon entró al terreno de juego el pasado domingo. El trabajo defensivo del Real Zaragoza comienza por la presión de sus delanteros y si hay un solo jugador que no mantiene esa disciplina táctica, el equipo se descompone. Aquí no basta con hacer tres o cuatro desmarques y tirar un par de veces a puerta. La posición de delantero en este equipo, tal y como la concibe Marcelino, requiere mucho desgaste físico y una gran capacidad de sacrificio, un trabajo que hasta ahora, Arizmendi ha hecho como nadie. Tampoco sería justo señalar a Ewerthon como único culpable de la remontada del Racing, pero más allá del resultado, lo que se vio sobre el terreno de juego fue a un futbolista desconcentrado, poco solidario y nada implicado en el juego del equipo.
La situación de Ewerthon en el Real Zaragoza es complicada. Sabe que su entrenador no confía en él, que el club le quiere fuera y que su trayectoria en el conjunto aragonés se acabará esta temporada, veremos si en diciembre o en junio. Así las cosas, para que la relación entre el brasileño y el Real Zaragoza no termine siendo insostenible, Ewerthon tiene que cambiar el chip y realizar un ejercicio de profesionalidad. Y no sólo para aportar cosas positivas al club que le paga, sino también por su propio interés, ya que su rendimiento esta temporada determinará la calidad de las ofertas que recibirá de cara al año que viene. Lo que está claro es que si su actitud y su compromiso no varían de lo visto el pasado domingo en La Romareda, las voces que defienden a Ewerthon se irán apagando, como se apagó el Real Zaragoza en el último tramo del partido.
martes, 20 de octubre de 2009
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