Después de la decepcionante derrota del Real Zaragoza contra Osasuna en la Romareda, se acercan dos partidos muy importantes, cuyas consecuencias, en caso de producirse resultados negativos, pueden ser mucho más trascendentes que los seis puntos que habrá en juego. El equipo aragonés, perdido y desorientado en un laberinto del que parece no poder salir, visitará el campo del Mallorca, y después, recibirá al Athletic. Son dos equipos que, para algunos, no están por encima del Real Zaragoza en cuanto a calidad ni a potencial, pero que mire usted por dónde, el primero se encuentra en puestos europeos, y el segundo, el Athletic, ya le saca ocho puntos de ventaja al conjunto aragonés. Son equipos que, con lo que tienen, funcionan. Mucho más de lo que se puede decir de Marcelino y los suyos.
Con la estadística en la mano, el Real Zaragoza lo tiene crudo. Nadie ha ganado en el Ono Estadi. El equipo mallorquín suma seis victorias en Liga y otra en Copa. Ojo, diecisiete goles a favor y sólo ¡dos en contra! Vamos, que teniendo en cuenta la marcha del conjunto aragonés lejos de La Romareda, cualquiera apostaría por un 1 fijo en la quiniela. Claro que el Real Zaragoza puede puntuar en Mallorca, e incluso ganar, pero a los jugadores les toca luchar contra todos los elementos para evitar un mal resultado, que siendo realistas, no haría sino reafirmar la caída del equipo.
¿El Real Zaragoza está capacitado para romper su mala trayectoria en uno de los campos más complicados de Primera División? Más le vale. Tiene que sumar cuatro puntos en los próximos dos partidos, y además, demostrar que tiene fuerza y corazón para superar esta situación. Si no, la riada puede llevarse a más de uno por delante. En el fútbol, todos sabemos cómo empiezan las tormentas, pero nadie puede predecir cómo terminarán, ni cuales serán sus consecuencias.
“No pasa nada, todavía estamos lejos del descenso y hay equipos muy malos. El Real Zaragoza no tendrá problemas para mantenerse”. ¿Les suena? Sí, muchos pensamos lo mismo hace dos temporadas. Con una diferencia sustancial. Entonces, en el Real Zaragoza jugaban Diego Milito, Oliveira y Sergio García, y ni ellos pudieron evitar el descenso. Por el bien del club aragonés, ojalá que éste no sea su mayor argumento. “Hay varios equipos peores”. Error. Eso se demuestra en el campo. La autocomplacencia es un analgésico que calma el dolor y la preocupación, pero que no soluciona los problemas.
martes, 1 de diciembre de 2009
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