martes, 5 de abril de 2011

La hora de los valientes

La carrera por la salvación entra en sus últimos metros y el Real Zaragoza pelea por tomar una pequeña ventaja que le permita llegar a la "foto finish" por delante de sus rivales. Y es que, permanecer en Primera División es el paso inicial para poder soñar con un futuro mejor. No hay que infravalorar la esperanza, ya que, a pesar de que es un sentimiento que no está necesariamente ligado a la razón de los acontecimientos, permite a las personas seguir adelante y alimenta su afán por mejorar. En tiempos difíciles, hay que aguantar en pie y seguir avanzando, como el boxeador al borde del KO que todavía confía en un último hilo de energía para no caer a la lona. El Real Zaragoza se encuentra en un momento crítico, en una situación límite. Pero su ilusión por permanecer en Primera División tiene que ser el motor que le permita avanzar, de la mano de su gente, para lograr el objetivo.

El lunes llegará a La Romareda un rival gravemente herido. El Getafe de Míchel se desenvuelve mejor sobre los escenarios de teatro que sobre el barro de los combates a vida o muerte. Es un equipo creado para jugar bien al fútbol en la mitad de la clasificación, sin presión, sin tener que dar explicaciones. Pero la calidad sin fortaleza no sirve de nada, y el Getafe se ha convertido en un equipo débil que se está quedando atrás, y que no encuentra la forma de detener su caída. El Real Zaragoza debe aprovechar la confusión de su adversario, que se encuentra como pez fuera del agua, sin darse cuenta, todavía, del agujero en el que se ha metido. Porque el equipo aragonés sí que sabe lo que es jugar este tipo de partidos. Lo lleva haciendo desde que volvió a Primera División, jornada tras jornada. La presión y la ansiedad se han convertido en inseparables compañeros de viaje del zaragocismo, y precisamente por eso, el equipo de Javier Aguirre sabe gestionar mejor que su rival este tipo de situaciones.

Pero no será fácil, porque a pesar de que el Getafe se encuentra en una dinámica muy negativa, tiene más calidad y definición que el equipo aragonés, algo, que por otro lado, es un denominador común en la mayoría de los partidos esta temporada. De nuevo, el Real Zaragoza deberá pelear con un rival mejor armado y con más recursos a la hora de competir. Por eso, tendrá que explotar al máximo la fragilidad moral del Getafe, y salir a por el partido desde el primer minuto, sin conceder a su rival ni una sola oportunidad de despertar, de salir de su depresión. Y es que, la necesidad extrema de ganar y el atenazador miedo a perder pueden aniquilar a la calidad, y el partido puede decidirse por fuerza, entrega y lucha, argumentos fundamentales cuando la presión no deja ni respirar. En ese escenario tan rutinario para el Real Zaragoza, el equipo de Aguirre no puede fallar.

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