sábado, 8 de agosto de 2009

Con una mano delante y ninguna detrás

“Todavía faltan cosas, sobre todo en defensa, para tener un equipo competitivo, pero soy optimista, y espero que lleguen en los próximos días”. El entrenador del Real Zaragoza, Marcelino García, enviaba este mensaje de tranquilidad en Aragón Televisión, después del partido ante el Recreativo de Huelva, primer amistoso de la pretemporada ante un rival más o menos serio. Y es que, a pesar de que no debe extraerse ninguna conclusión demasiado trascendente a estas alturas de verano, sí que cada día resulta más inquietante la situación de la defensa del Real Zaragoza. El único lateral izquierdo, Paredes, está apartado del equipo; el único lateral derecho, Diogo, lesionado; y la terna de nombres que sonó para reforzar el centro de la zaga (Garay, Cáceres, Henrique…), de momento, se ha estancado en el fichaje del veterano Pablo Amo, que después de una temporada casi en blanco, necesitará una buena puesta a punto para rendir al máximo nivel.

Marcelino parece tranquilo, y prefiere hacer las cosas bien a hacerlas rápido, pero faltan tres semanas para que empiece la Liga y al Real Zaragoza puede pillarle el toro. Es habitual que por estas fechas, los equipos estén pendientes de completar sus plantillas, pero el Real Zaragoza tiene mucho que hacer. Necesita tres defensas titulares y tiempo para trabajar con ellos. Y los días pasan y aquí no viene nadie. Ni Canella, un pedazo de futbolista, que se despidió de sus compañeros del Sporting para poner rumbo a Zaragoza, y dos días después, para sorpresa de todo el mundo, volvió a entrenarse a las órdenes de Preciado. “Ojalá venga”, dijo Marcelino después del partido. No es de extrañar. Ver a Pablo de Barros jugar de lateral es de chiste, aunque estemos en pretemporada.

Como era de esperar, nada brilló sobre el césped del Colombino, en el primer partido amistoso en condiciones de la pretemporada, salvo las nuevas camisetas amarillas fosforito del Real Zaragoza. Aún así, del centro del campo en adelante, el equipo tiene buena pinta. Abel Aguilar estuvo discreto, pero sabe lo que tiene que hacer cuando el juego pasa por sus pies. Está capacitado para marcar los tiempos, es difícil que pierda un balón y desplaza la pelota con buen criterio. Pennant y Uche animaron el segundo tiempo. Son dos futbolistas rápidos y verticales, y pueden encontrar su sitio en La Romareda. Aunque claro, todo parece más fácil cuando Jorge López juega por el centro. Por lo visto, el sistema de Marcelino no contempla la posición de media punta, y jugadores de la calidad de Jorge López o Ander Herrera, cuyo talento natural crece exponencialmente cuando crean fútbol por detrás de los delanteros, están llamados, sin quererlo, a poner en duda la firme convicción de su entrenador. El debate no tardará en llegar.

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