Chapeau. Hay que quitarse el sombrero. A Negredo le ha salido la jugada perfecta. Al final, se marcha al Sevilla, el equipo en el que quería jugar desde el principio. Ante las ofertas del Hull y del Zenit, destinos que no gustaban al jugador, el primer paso era que el Real Madrid accediera a su deseo de quedarse en España, y lo hizo. El Real Zaragoza era una buena opción. Así, el Real Madrid se aseguraba que su delantero siguiera creciendo en la Liga española, ya que en el equipo de Marcelino tendría un puesto de titular indiscutible. Y además, la operación no suponía reforzar a un rival directo en la lucha por el campeonato. Por eso, los dos clubes tardaron poco en alcanzar un acuerdo. Después, fueron los representantes del jugador los que dieron el visto bueno, dejando el fichaje cerrado. O eso pensaba el Real Zaragoza, que ya tenía en sus manos el contrato remitido por el Real Madrid. Mientras los dirigentes del club aragonés dormían felices en su guindo particular y soñaban con Álvaro Negredo marcando goles a diestro y siniestro en La Romareda, se ponía en marcha la segunda parte de la operación. Un movimiento paralelo, al margen tanto del Real Zaragoza como del Real Madrid.
Hacía varias semanas, el Sevilla se había puesto en contacto con Álvaro Negredo ante la posible marcha de uno de sus delanteros, Luis Fabiano. La opción de recalar en un equipo con grandes aspiraciones y que este año jugará en la Liga de Campeones, como el Sevilla, nunca desapareció de la cabeza del jugador. Así las cosas, el acuerdo con el Real Zaragoza fue la herramienta perfecta para provocar la reacción del club andaluz. Fue el instrumento que catapultó a Negredo al Sevilla. Sus dirigentes, presionados por el acuerdo con el Real Zaragoza, sabían que si no se decidían, perderían al jugador. Para Negredo, su fichaje por el club aragonés era la opción más segura, pero la menos buena. Aún así, pasara lo que pasara, el jugador siempre ganaba. Y lo que pasó fue que el Sevilla no quiso perder a Negredo, y sabiendo que tenía el visto bueno del futbolista, llamó a las oficinas de Chamartín. La reacción de la secretaría técnica del club blanco fue de sorpresa, ya que contaba con traspasar al jugador al Real Zaragoza, pero a José María del Nido no le costó mucho trabajo llegar a un acuerdo con su amigo Florentino Pérez. Cuando el Real Zaragoza se quiso dar cuenta, Negredo se había esfumado. Todo quedó en papel mojado, y donde dije digo, digo Diego.
Al final, Negredo jugará donde quería desde el primer momento. Por el camino se queda la credibilidad del Real Zaragoza, que en lo que llevamos de verano, ha fracasado cada vez que ha intentado incorporar a algún jugador importante. Y lo que es peor, también queda pisoteada la ilusión de una afición que habría recibido a Negredo como un ídolo, sólo por haber elegido al Real Zaragoza para jugar esta temporada.
viernes, 21 de agosto de 2009
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